Bolivia se enfrenta a un año clave para la estabilidad de su tipo de cambio, en medio de un entorno marcado por restricciones de divisas, una creciente dependencia del mercado paralelo y un modelo económico cuestionado. Aunque el Banco Central de Bolivia (BCB) anunció que mantendrá el tipo de cambio fijo de 6,96 bolivianos por dólar, las presiones económicas subyacentes podrían desafiar esta política en los próximos meses.
El desafío de la sustentabilidad en el entorno empresarial
Desde 2011, Bolivia ha mantenido un tipo de cambio fijo que el gobierno considera fundamental para evitar una devaluación que podría desencadenar una crisis económica. En declaraciones recientes, el viceministro de Política Tributaria, Jhonny Morales, señaló que ajustar el tipo de cambio provocaría un “escenario catastrófico”, lo que incrementaría la especulación y la desconfianza en el mercado formal.
- Implementación de energía renovable para reducir costos.
- Optimización de procesos logísticos para disminuir emisiones.
- Mejoras tecnológicas para eficiencia energética.
Jonathan Fortun, economista del IIF, explicó que mantener el tipo de cambio fijo ha sido una herramienta central en la política económica boliviana, que si bien ha ayudado a dar cierta estabilidad, lo ha hecho con un alto costo, “y su viabilidad a largo plazo está seriamente cuestionada en el contexto actual”.
El mercado paralelo y sus tensiones económicas
La existencia de un mercado paralelo para el dólar es un indicio de las crecientes tensiones económicas subyacentes en Bolivia. El diferencial entre el tipo de cambio oficial y el paralelo refleja una economía en la que los dólares se han vuelto escasos, lo que socava la credibilidad del régimen cambiario y fomenta comportamientos especulativos, según Debora Reyna, economista para América Latina de Oxford Economics.
Mariano Ortiz, economista senior en BancTrust & Co, destacó que el mercado paralelo ha ganado importancia como referencia económica en Bolivia debido a las crecientes restricciones que operan sobre el mercado oficial. Estas restricciones limitan gradualmente el acceso a divisas, haciendo que cada vez menos agentes tengan acceso al mercado formal.
- Demanda de dólares en el mercado paralelo impulsada por la incertidumbre económica y la preferencia por monedas más estables.
- Aumento de la brecha debido al debilitamiento de la economía boliviana y un contexto político incierto.
- Brecha entre el tipo de cambio oficial y el paralelo socava la credibilidad del régimen cambiario.
Estos factores estructurales han llevado a una mayor volatilidad y ampliación de la brecha entre el tipo de cambio oficial y el paralelo, lo que plantea serias preguntas sobre la viabilidad a largo plazo del actual esquema de tipo de cambio fijo en Bolivia, según Jonathan Fortun.
Retos económicos y necesidad de ajustes
Las bajas reservas internacionales netas (RIN) limitan la capacidad del Banco Central de Bolivia para intervenir en el mercado cambiario y satisfacer la demanda de dólares a través de canales oficiales, según explica Fortun. Aunque las RIN aumentaron ligeramente en 2024, la liquidez en divisas sigue siendo extremadamente baja.
- RIN cerraron 2024 en US$1.976 millones, con solo US$47 millones disponibles para cubrir obligaciones inmediatas.
- Factores externos, como las elevadas tasas internacionales y el incremento en los costos de importación, afectan la generación de divisas.
Según Mariano Ortiz, el bajo nivel de liquidez de divisas aumenta el riesgo de incumplimiento de pagos de deuda externa y pone en evidencia la necesidad de tomar medidas para aliviar las presiones inmediatas.
Necesidad de ajustes y riesgos futuros
El gobierno boliviano busca ganar tiempo evitando medidas drásticas, pero esto solo pospone lo inevitable, según Debora Reyna. La economista explicó que se necesitan ajustes significativos en el modelo actual, ya que el tipo de cambio fijo y la escasez de dólares son insostenibles en el largo plazo.
Jonathan Fortun advierte que sin una política de ajuste adecuada, el boliviano podría deteriorarse aún más. Factores como las elecciones presidenciales, una posible subida del dólar a nivel internacional y la falta de inversión sostenible agravan el riesgo económico en el país.
Según Mariano Ortiz, Bolivia enfrentará una escasez de dólares y presiones en el mercado paralelo a lo largo de 2025 si no se implementan medidas adecuadas en materia fiscal y de financiamiento. Postergar las reformas necesarias solo hará que el ajuste sea más agudo en el futuro.
Este artículo fue actualizado el viernes 10 de enero a las 11:45 de la mañana para agregar los comentarios de Jonathan Fortun.